Detalles de un palitroque

calaveras

La pintura de MARRA es espontánea, instintiva y abundante. En ella fluyen abigarrados colores y formas caprichosas, que expresan su visión del mundo. Altamente productivo, reivindica objetos olvidados que adquieren valor transformados en obras de arte. Para él cualquier soporte sirve, cualquier objeto es digno de convertirse en pieza de arte.
Desde niño le atrajeron la pintura y las artes, estudió publicidad, pero su real pasión estuvo ligada a diversos talleres artísticos que realizó en la Universidad de Chile. Es ahí donde adquiere el rigor conceptual y el dominio de variadas técnicas, herramientas que le han permitido reinventar su mundo expresivo día tras día.

“La creatividad tiene que ver con la improvisación, con el subconsciente que procesa nuestras vivencias y sentimientos y nos permite conectarnos con lo que pasa a nuestro alrededor”.

Su obra está plagada de ojos y dientes, que simbolizan la curiosidad personal y la voracidad del medio. En sus cuadros se mezclan íconos de culturas ancestrales, gráfica primitiva, colores vivos y diversos materiales, prefiriendo los grandes formatos y experimentando diferentes posibilidades con objetos de desecho y variados tipos de pigmentos.

En sus obras más recientes ha convertido la experimentación con objetos de deshecho en el punto central de sus obras. “Cada elemento utilizado tiene su propia historia, son como hallazgos arqueológicos que revelan muchas cosas de nosotros. Le interesa revivir esos objetos que dejamos atrás, que tienen huellas y signos de nuestro uso”.
Utilizando pinturas en madera y telas como soporte junto a variados objetos intervenidos crea obras con historia y vida propias.

Además de formar parte de la selección de artistas del libro “Santiago en Emergencia” (2007) del periodista Guido Flores, participó en la muestra “Autodidactas” (2006) en el Instituto Nacional de la Juventud, INJUV, donde expuso “Collage Urbano” (3 x 3 m) una serie de obras en que mezcla pintura en tela y madera con objetos como cuchillos oxidados, palitroques antiguos, muñecos de pelo apelmazado, (recogidos de la calle) juguetes, tapas de tarros de pintura y bebidas, marcos de ventana, suspensores, etc.